Feminicidio
Los altos niveles de femicidio que se registran en la
mayoría de las sociedades modernas, se deben a la violencia extrema ejercida
por hombres en contra de las mujeres y niñas, situación que muchas veces
culmina con la muerte de las víctimas. En la mayoría de los casos, las víctimas
presentan signos de tortura, mutilaciones, quemaduras, ensañamiento, producto
de las vejaciones y/o violencia sexual de las cuales son objeto, en muchos
casos causados después de la muerte. Los motivos que llevan a la violencia de
género y al femicidio se relacionan con la discriminación de género.
El feminicidio es parte del fenómeno más amplio de
violencia contra la mujer y toma diversas formas, además de la violencia física
individual. Han sido señalados como feminicidio o genericidio, la existencia de
sistemas inadecuados de atención del embarazo o el parto que pueden acarrear la
muerte de la madre. En algunos países como China o Armenia, pero también en
Estados Unidos y diversas regiones del mundo, las estadísticas muestran rastros
de hombres sobre mujeres, que indican que el feminicidio puede realizarse
también mediante abortos selectivos por sexo.
El feminicidio es el más grave y condenable acto de
violencia contra las mujeres, que no solo implica un acto de barbarie, sino uno
de los síntomas más claros de una sociedad históricamente desigual.
El feminicidio no solo se circunscribe al acto homicida,
sino a un contexto más complejo que incluye la trama social, política, cultural
y económica que lo propicia, es decir, muchas veces una parte de la sociedad
que utilizan la afirmación de la virilidad en ritos, tradiciones y acciones
cotidianas confirmando así el
sometimiento de las mujeres.
El feminicidio puede ser cometido por un conocido o
desconocido, pero en ambos casos, son el extremo de variadas formas
de discriminación hacia la mujer que se refleja en maltrato, insultos,
desprecio, abandono, hostilidad, degradación.
Los crímenes sin castigo, son las causas que provocan que
el fenómeno del feminicidio continúe en nuestra ciudad y en el resto de los
Estados de la República Mexicana. Las heridas producto de la violencia de
género no cicatrizan. Las familias de las víctimas han sido lastimadas por la
ausencia de la verdad y la incompetencia en las investigaciones criminales y
esto contribuye a impedir la reconciliación social.
Los feminicidios NO deben formar parte de una tradición
social ni cultural.
Caravanas, consignas, manifestaciones, mítines, ofrendas
en diferentes espacios, aquí, allá, en todas partes, voces que se alzan al
unísono, las mismas voces que se oyen desde hace una década y que hoy por hoy
no logran su objetivo: acabar con el fenómeno de horror que destruye la vida de
las mujeres.
El feminicidio se está extendiendo por el país como una
plaga. Miles de mujeres que han sido asesinadas por sus parejas, ex parejas, familiares,
conocidos y extraños. Muchas mujeres han sido maltratadas, agredidas de
múltiples formas, torturadas, violadas, vejadas, anuladas y ultimadas. ¿La
causa?...¡Ser mujeres!